A nadie le voy a ocultar mi gusto por el post rock, un estilo quizá ya algo pasado de moda a causa de la vorágine de grupos nuevos que han ido apareciendo a lo largo de esta década. Sin embargo, y pese a lo que muchos puedan pensar, aún siguen saliendo grandes álbumes que aportan algo nuevo, un giro de tuerca más, algún elemento inédito, que hace que la escena siga aguantando. Prueba de ello son los nuevos discos de Maybeshewill o Russian Circles, que se cuentan ya entre mis favoritos del estilo.
Lo que sí que echaba en falta eran bandas españolas que dieran rienda suelta a esas melodías envolventesy esos pasajes etéreos tan propios. Creo que la primera referencia que tuve de post rock español se encontraba en Kallisti, el split que en 2007 sacaron Nacen de las Cenizas con la novel banda Emerge. En esa segunda parte del disco compartido podíamos encontar temas como Despertares o Iscariote, dos grandes composiciones de auténtico post rock.
Pues bien, ninguna otra banda española había conseguido asentar las bases de un post rock español desde entonces, hasta este año. Tres ejemplos han llegado a mis oídos en los últimos meses. No sé si existen más pero desde luego sólo con estos tres álbumes me vale para saber que aquí hay una semilla para tener una escena consistente y, sobre todo, de calidad.
Y el primero de ellos es, curiosamente, el nuevo proyecto de varios de los integrantes de la extinta banda Nacen de las Cenizas, el grupo que acompañaba a Emerge en el split ya mentado. A principios de 2008 teníamos la noticia de esta nueva formación madrileña que con un pequeño EP difundido por internet consiguió despertar la curiosidad de muchos: Toundra. Poco después tendríamos en la calle su debut, un EP homónimo que incluía el anterior, que no llegó a ser publicado, más dos temas nuevos. Muy buena aceptación entre el público y unas críticas bastante positivas para un disco en el que tenemos post rock y post metal a partes iguales, recordándonos a bandas como Pelican, Red Sparowes o Russian Circles y que ha supuesto una de las mayores sopresas en lo que va de año. Temas como Medusa (espectacular), Bajamar y Pleamar dan fe de una calidad que tiene que explotar en un futuro para que la banda se convierta en un referente.
Pero el debut de Toundra es sólo la punta del iceberg de lo que se está gestando en nuestro territorio estatal. Pese a su naturaleza underground, la popularidad de su anterior banda y su afán por anunciar su música ha dado a conocer al grupo muy rápidamente. Sin embargo, hoy vamos a hablar de dos proyectos unipersonales sin apenas repercusión y mucha menos promoción. En efecto, hablamos de dos discos producidos por una sola persona cada uno, y quién lo diría, pues no estamos hablando de trabajos simples o minimalistas precisamente.
Exxasens es el proyecto personal de Jordi Ruiz, ex-componente de Playmotive y Kyba. Este barcelonés decidió hacerse un mini estudio en su casa para, con una guitarra y un ordenador, practicar en labores de producción. El resultado fue Polaris, una serie de canciones que finalmente dan forma al primer álbum de Exxasens, un magnífico ejercicio de post rock atmosférico que sumerge al oyente en otra dimensión. Inspirado en la exploración del universo por parte del ser humano y el misterio que alberga el infinito, la colección de composiciones que forma este disco es de una belleza pocas veces vista. Delicado al tiempo que contundente, cada nueva canción es un mundo. Para que todos lo podáis disfrutar, el autor lo distribuye gratuitamente en internet, os dejo la descarga para que le echéis el diente, que lo merece. Como curiosidad el segundo tema es un remix de ¿Por qué me llamas a estas horas? de Standstill.
El tercero de los discos que nos ocupa me lo recomendó hace bien poquito el amigo Prozako. Se trata, como el anterior, de otro proyecto unipersonal. En este caso es también el resultado de la experimentación en labores de producción de Abel, batería del grupo vallisoletano Euphoria, que ha dado a luz a Ownland, la primera referencia de The Big Sleep in Search of Hades. Post rock con influencias de distinta índole, desde Godspeed You! Black Emperor a Mogwai pasando por Interpol, Cult of Luna o Sigur Rós. Lo que nos ofrece este álbum es un ir y venir de melodías, riffs de guitarra, atmósferas, experimentos sónicos y voces sugestivas. Porque quizá esa sea la gran baza del sonido de este proyecto, esa voz masculina pausada pero emotiva que alcanza su mayor esplendor en el que para mí es el mejor momento del trabajo, el tema que le da nombre. También podemos disponer gratuita y legalmente de esta maravilla de obligada escucha.
Espero sinceramente que pronto estos tres nombres empiecen a ser más grandes porque calidad e ideas no les faltan. Y a vosotros, que escuchéis y disfrutéis estos pequeños manjares que no por desconocidos dejan de ser sabrosos, realmente son tres discos que están entre mis preferidos para mis listas de este año. A seguirlos de cerca.