El año está a punto de dar su último coletazo antes de morir y reencarnarse en el nuevo y lustroso 2008. Es por ello hora de que desde este humilde blog por primera vez miremos al pasado para reflexionar sobre qué es lo mejor que nos han dado estos últimos doce meses en el panorama rockero. Como siempre recuerdo que es una opinión personal y subjetiva y que por supuesto ni de lejos he podido escuchar todos los discos que han salido. Y una vez dicho esto, pasemos a la acción:
DISCO DEL AÑO
1 – Between the Buried and Me: Colors
Este año la palma se la llevan estos cinco estadounidenses que han grabado el que es, probablemente, el disco más arriesgado del año. Si ya practicaban un estilo bastante minoritario e incomprendido como el death metal progresivo con tintes metelcoreños, con este nuevo trabajo se han desmarcado aún más de todo incorporando sonidos que no podríamos ni imaginar en un álbum así. A la caña metalera se suman, para complementarla y expandirla hacia el infinito, el post rock, el pop de sintetizadores, el rock progresivo de los años 70, los arreglos tribales y hasta la polka, todo sabiamente mezclado pero no revuelto en más de una hora de misticismo sónico. Sin respiro, lo que escuchamos aquí es una obra maestra que debe quedar para la historia y por ello merecen este puesto de honor en la lista de este año.
2 – The Dillinger Escape Plan – Ire Works
Sí, como podéis ver, este año la cosa va de tralla. Y no es que sea yo especialmente amigo de los sonidos contundentes pero es que en este caso la dupla cañera que encabeza la lista está más que justificada. Porque lo que han hecho estos tíos en su tercer álbum no tiene nobre; tras un Miss Machine que dejó a la gente un poco descolocada, en Ire Works han dado en el clavo. El equilibrio entre los temas más experimentales que remiten a su primer Calculating infinity y otros más convencionales que entonan más con su segundo álbum se deja escuchar una y otra vez, construyendo un todo de lo más atractivo. Sin duda Black Bubblegum y Milk Lizard son dos de los singles del año y no hay que menospreciar piezas experimentales que dan fe de la clase que despliega el grupo como When acting like a wave o When acting like a particle. Disco redondo.
3 – The Bled – Silent Treatment
Y medalla de bronce para uno de los clásicos en mis listas, The Bled. Y es que lo de este grupo me parece sobrenatural: tres álbumes prácticamente perfectos, un hardcore cañero con la dosis justa de melodía para que su discurso sea especial e inimitable. Su mejor baza, las canciones: no hay grupo del género que les supere fabricando temazos, y sus discos se cuentan por colecciones de ellos. En el tercero, este Silent Treatment, lo vuelven a hacer: Shadetree Mechanics, Threes Away o Asleep on the Front Lines son algunas de las nuevas joyas que tenemos que sumar a su corona. Quizá sea su peor disco en líneas generales pero aun así siguen estando muy por encima de la media, y aunque sólo sea por el mérito de estar manteniendo este nivelazo en tres discos consecutivos merecen esta mención especial.
4 – Enter Shikari – Take to the skies
Entrando ya en materia, llegamos a uno de los discos más controvertidos del año. El disco que más arduas discusiones ha provocado en foros de todo el mundo es, desde mi punto de vista, un verdadero soplo de aire fresco a toda una escena. El uso de sintetizadores para crear atmósferas ravero-fiesteras que sirvan de base para su hardcore cañero les da ese punto distintivo que les hace especiales. Comparados con otras bandas como HORSE the band, lo cierto es que consiguen darle una nueva dimensión a la electrónica integrada en el rock. Puede que no hayan sido los primeros, pero ante temazos como OK, time for plan B, Labyrinth, Anything can happen in the next half hour o Sorry, you’re not a winner nadie puede decir que este álbum no merezca la pena.
5 – Fair to Midland – Fables from a mayfly: what I tell you three times is true
Llegando ya al ecuador de la lista bajamos las revoluciones, dejamos los decibelios y entramos de lleno en el mundo de las melodías y los tempos más relajados. Y tampoco es que este disco sea tranquilito, pero desde luego su escucha es mucho más reposada que la de los anteriores. Pese a que este tercer álbum de Fair to Midland no es nuevo del todo, ya que la mayoría de sus canciones están rescatadas de su anterior Inter.Funda.Stifle, lo incluyo porque estas están reinterpretadas para la ocasión y realmente el conjunto lo agradece. Rock de altísima calidad al estilo de los primeros Dredg, un disco mágico en el que resalta sobre todo la voz del vocalista Daron Sudderth y canciones como Dance of the manatee, The walls of Jericho, Vice-Versa o The wife, the kids and the white picket fence. Recomendado para todo tipo de públicos.
6 – Pelican – City of Echoes
Y como no podía faltar una referencia post en la lista, aquí tenemos a Pelican dando una lección de cómo hacer grandes discos sin decir una sola palabra. Post metal de alto octanaje, City of Echoes se desmarca como un verdadero viaje a través de sendas no siempre fáciles de recorrer. En su devenir progresivo entramos en fases de calma acústica, otras preciosistas partes arpegiadas y, cómo no, distorsión pesada y rocosa. Incluso tenemos en Lost in the headlights una pieza con una estructura que podríamos denominar «pop» teniendo en cuenta la naturaleza de este cuarteto. Y todo esto sin haber mencionado todavía que es probablemente su disco más completo y seguramente el que más satisfecho deja tras su escucha. Un gran disco de una gran banda que no sabemos hasta dónde puede llegar.
7 – Otep – The ascension
Unos dirán que practican un estilo pasado de moda, otros dirán que se han vendido al pop y otros estarán molestos por el cambio de registro pero lo único cierto es que lo que hay en este disco merece estar entre lo mejor del curso. Porque es directo, es fresco, es variado, y tiene la calidad suficiente como para captar la atención de un público que hace tiempo que se cansó de la mal acuñada etiqueta «nu metal». En este disco hay de todo: metal, pop, rock y hasta una versión de Nirvana. La personalidad de su cantante femenina le da al total un punto más de interés, haciendo que el disco no aburra en ningún momento y si atendemos a trallazos como Croocked Spoons o Ghostflowers no podemos más que quitarnos el sombrero. Un disco atípico en los tiempos que corren, defendido con mucho mérito.
8 – Lisabö – Ezlekuak
Disco nacional que se cuela entre lo mejor del año compitiendo con el arrollador mercado norteamericano. Y por méritos propios, porque Ezlekuak no sólo es probablemente el mejor disco grabado en España durante 2007 sino que su propuesta es un rara avis en el paronama musical a secas, ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras. Con un sonido personal como pocos, a lo largo de sus ocho temas nos vamos adentrando en el particular mundo creado por la banda, un sonido contundente, con cuerpo, sin fisuras, con subidas y bajadas y unas voces atormentadas que no hacen sino contribuir al desconcierto la primera vez que uno escucha el álbum. Una propuesta arriesgada que, teniendo en cuenta cómo está el panorama nacional, se agradece, sobre todo por estar ejecutada con soberbia eficacia.
9 – Portugal. The Man – Church Mouth
Pero si tenemos que hablar de discos raros, pocos creo que haya que lo sean más que este Church Mouth. Experimentales hasta el extremo y coqueteando con estilos que van desde el soul y el jazz hasta el r’n’b pasando por el rock progresivo al estilo de los años 70. Cercanos a propuetas como las de los White Stripes o remotamente los Dresden Dolls, lo cierto es que el disco pierde fuelle a partir de la mitad. Es curioso, porque teniendo en cuenta la cantidad de influencias que sintetizan en su música puede parecer un sinsentido que se queden sin ideas. Aun así, su apuesta merece estar entre los mejores discos del año no sólo por su originalidad sino por lo bien que está ejecutado. Temas como Church Mouth, Shade, My mind o Sleeping sleepers sleep lo justifican todo.
10 – Serj Tankian – Elect the dead
Y para cerrar la lista, una gran sorpresa. El disco en solitario del vocalista principal de System of a Down se ha desmarcado como un muy digno trabajo a la altura de los de su banda madre. Si bien su estilo es algo distinto al del grupo que le dio la fama, mucho más comedido y previsible, ha sabido dar forma a un disco que no cojea por ningún lado. Se podría decir que en general su sonido sigue por los derroteros de ese último álbum de SOAD, Hypnotize, basado más en la búsqueda de himnos atemporales que en ofrecer bizarradas. Serj Tankian ha intentado ofrecer aquí lo que quizá no puede o no le dejan en System of a Down y el resultado es muy recomendable. Tankian no ha decepcionado a ningún fan de ese gigante que es su grupo, que no es decir poco, y además ha saciado el mono de System que flotaba en el ambiente.
Y ese ha sido para mí el resumen de un año en el que las grandes decepciones han sido, entre otros, Smashing Pumpkins con su Zeitgeist, Sum 41 con Underclass hero, The Hives con The black and white album o Avenged Sevenfold con su homónimo. Sin embargo estos diez títulos no son los únicos aprovechables; hay otros que no han cabido como Lies for the liars de The Used, Venus Doom de HIM, New maps of Hell de Bad Religion, Decisions de The Blackout Argument, On letting go de Circa Surive, Far from the refuge de God Is an Astronaut o All of a sudden I miss everyone de Explosions in the sky que también merecen unas escuchas. Por último, decir que me he dejado en el tintero discos importantes como The Blackening de Machine Head, In rainbows de Radiohead o Era Vulgaris de Queens of the Stone Age, pero ya se sabe, no hay tiempo para todo.
En el aparado nacional, L’Antactica de Madee, Seeds of hate de Dead Means Nothing, Corea de Día de Furia, Spotlights de Nothink, Esencia de Skunk DF y los EPs de Nacen de las Cenizas con Emerge y el de Avenues and Silhouettes son lo más recomendable del año.
Esperemos que este nuevo 2008 nos traiga más y más suculentas cosas, de momento el nuevo disco de Mars Volta está en el horizonte. Desde UnderCore lo veremos. ¡Saludos!